Ocurre una revitalización en la industria del entretenimiento y el gobierno relaja la fiscalización en torno a los tatuajes, permitiendo que la técnica evolucione con más rapidez y surjan los primeros tatuadores profesionales, que muchas veces eran los mismos talladores que grababan las planchas de estilo Ukiyo-e.
Con esto, al principio del siglo se ponen de moda tatuajes que cubren brazos y hombros, conocidos como datebori.
Y en la década de 1820 el horimono asume una forma bastante parecida a la que conocemos actualmente por tatuaje tradicional japonés, con la aparición los típicos fondos negros de agua y aire combinados con elementos de la naturaleza tan característicos del estilo japonés, llamadas gakubori o mikiri.
Kunichika Toyohara 1835-1900. Tatuaje de serpiente – Bombero de Edo