Finalmente, empieza a haber un acceso más fácil y barato a material de calidad para tatuar.
Y en estos años hay un marco importante en la historia del tatuaje: la comercialización de agujas ya soldadas para tatuar.
Hasta entonces, aprender a soldar las agujas utilizadas para realizar los tatuajes siempre había sido un gran reto para los profesionales, y hacía falta dedicar tiempo a este labor.
Desde este momento, más personas se animarían a tornarse tatuadores.